Madi Price se ve obligada a regresar su ciudad natal en Virginia con su hija de diecisiete años. Se gana la vida leyendo manos en un mercadillo local, donde retoma el contacto con ...
En una casita azotada por el viento de la costa de Maine, Wilder Harlow empieza a escribir el último libro de su vida. Narra la historia de un verano de su juventud y del asesino que ...
Tras El Incidente, unas extrañas lagunas aparecieron por todo el mundo. La periodista Carla Babiloni regresa a El Clot, donde está la más grande de todas ellas, para investigar la ...
Yo ya no podía más. Iba a clase a toda prisa para que los demás no me pararan por el pasillo, o me llevaba un libro a la hora de comer para que no me miraran a los ojos. Así, al menos podía fingir que no oía lo que decían de mí. Tenía las manos rojas y despellejadas de retorcer la ropa para escurrirla, las corbatas empapadas de agua del retrete y lejía, a veces de otras cosas. […] Algún día tiene que terminar. Aguanta, me digo una y otra vez. Luego iré a la universidad, y todo será diferente. Voy a escribir libros.